¿Qué necesitas para lograr tu propósito?
Claridad y mantener el
rumbo marcado.
¿Para qué?
Para sentirte bien contigo mismo/a.
¿Qué hacer?
Pasar a la acción para
conseguir lo que te beneficia.
¿Cómo?
Priorizando lo más importante de lo menos relevante.
Para ello, tener en cuenta lo que dependa
de ti y si hace falta, realizar una búsqueda al exterior. Es decir, plantearte las mejores
opciones para ponerlas en marcha. Por ejemplo: explorar la información que se requiera, el asesoramiento y la posible ayuda que puedas necesitar.
Para llegar a lo que deseas debes mantener
el rumbo con claridad. Es decir, firme en tu meta. A veces, llega la
incertidumbre sobre algo que a priori no se puede controlar porque se desconoce y nos genera inseguridad, pero si realizas todos los pasos que
previamente te has marcado, entonces la
perspectiva de llevarse a cabo aumenta.
Hay que reconocer que no estamos solos/solas
que convivimos con más gente y algunos de nuestros anhelos requieren la
participación de otras personas.
Al establecer prioridades hace que la
dirección a seguir nos ilumine los pasos a continuar. Atendiendo a lo más
importante y renunciando al resto. Puesto que la intención y pasión en algo
concreto dará la posibilidad de conocer el éxito en lo propuesto.
Durante el trayecto es posible que te
disperses con la gente, los acontecimientos o situaciones que llaman la
atención, pero hay que evitar caminos secundarios para no distraerte, puesto que
es fácil perderse y olvidar tu propósito. Reitera en aquello que te has comprometido.
Continúa y concéntrate en lo que merece la pena y te haga sentirte bien. Sobre
todo evita concentrarte en lo que no funciona, no te desgastes energía en ello.
Solo concéntrate en la dirección del rumbo que te hará llegar a lo que
realmente has deseado de verdad.