domingo, 17 de octubre de 2021

!Fuera el resentimiento!

 


En primer lugar tenemos que diferenciar algunos términos según la RAE: 

Resentimiento, sentimiento, pesar o enojo por algo.... Sentir dolor o molestia en alguna parte del cuerpo, a causa de alguna enfermedad o dolencia. 

Rencor, resentimiento arraigado y tenaz. 

En psicología el rencor, es un sentimiento muy intenso de enfado persistente, que se mantiene en el tiempo y queda instaurado en el interior afectándonos negativamente en nuestra vida diaria. El resentimiento es un dolor moral que se produce como resultado de una ofensa que no suele olvidarse por el deterioro que produce. De manera, que la persona resentida vuelve a sentir una y otra vez dicha  hostilidad hacia quienes causaron perjuicio. Como por ejemplo: desprestigio profesional, agresión o calumnia por el trato injusto de algo o de alguien. Otra forma podría ser por omisión, que también puede ser dañina, como la falta de reconocimiento laboral, o de lo que se espera de una amistad o grupo de personas. Incluso de la creencia de que ha sido engañada, maltratada o cualquier otro daño considerable. 

Cuando la persona se siente resentida por algún trato injusto o suceso desfavorable puede conllevar un deseo de venganza. Al no desear olvidar, está constantemente recordando, sumiso en el pasado sin poder liberarse de ese gran malestar.

Numerosas personas piensan que tarde o temprano tendrán que pagar por el detrimento causado. Sin embargo, al no ser conscientes del perjuicio que les provoca, se puede volver en obsesión  y acompañar durante muños años o incluso a lo largo de toda la vida.

Lamentablemente me he encontrado con personas así, que se han ido deteriorando por no encontrar un entendimiento del proceso. Y que han desgastado tanta energía que suele somatizarse con problemas físicos y psicológicos muy graves.

Otro enfoque son las personas resentidas que son envidiosas y con celos, porque la vida ha sido injusta con ellos/as, por no lograr o conseguir aquello que deseaban. En este caso, el resentimiento hace amargar la existencia del individuo incluso de las personas que le rodea, sin detenerse a valorar lo bueno que poseen.

¿Qué hacer?

Dejar de sentir resentimiento significa decidir dejar atrás el rencor y los pensamientos de venganza. Para ello hay que entender la naturaleza de la ofensa y analizar con objetividad el suceso. 

¿A quién va dirigido?

¿Qué secuelas puede tener en nosotros?

¿Hubo intención de ofender y por qué?  

Se recomienda aprender a superar la angustia y las ofensas mirando al futuro. Puesto que quedarnos atrapados en el pasado, nos reviven tantos pensamientos negativos que el dolor no llega a desaparecer.

Puede parecer imposible perdonar, pero nos libera de una pesada carga de sufrimiento. Pasar página y mirar de forma positiva al futuro no ayudará a comprender que cada ser humano es único y que cada cual tiene que elaborar su propio desarrollo personal. Para que no nos afecte y continuemos siendo quién somos sin dejar de serlo.  

Se requiere una gran fuerza de voluntad y sabiduría para conducir dicho esfuerzo hacía pensamientos más positivos. No se debe permitir que el veneno destruya nuestro interior. Superarlo es admitir que existe sólo en nosotros mismos y reconocerlo permitirá tomar la decisión de liberarse de él.  

Aunque el resentimiento se pueda considerar difícil de superar por el daño producido, es de vital importancia reconducir ese sentimiento para el bienestar de nuestra salud psicológica. 

Precisamente para perdonar hay que sentirlo con sinceridad. Al menos no tenerlo en mente todo el tiempo. Así poco a poco el dolor irá disminuyendo y la situación se aliviará de forma natural.

¿Cómo?

1.     Expresar lo que se siente cuando se disponga de oportunidad para ello.

2.  Aceptar lo sucedido. Aunque duela es algo que está ahí y ser conscientes facilitara el manejo de lo acontecido.

3.    Dejar de enfocarnos en el pasado, porque nos impedirá disfrutar del presente y del futuro.

4.    Aprender de la circunstancia en cuestión, para  reflexionar, valorar y ver que estrategias pueden llevarse a cabo para aminorar el daño. Logrando soluciones adaptadas al acontecimiento surgido.

 

Vive Siente Ama 


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