¿EQUILIBRIO?
A la pregunta planteada, se confirma
que sí. La cuestión sería, quienes podrían requerirlo. Bien, en la actualidad
nos encontramos con muchos cambios en nuestra sociedad, adaptarnos a ellas se
puede considerar un reto. Determinadas personas son más vulnerables que otras,
bien, por sus rasgos de personalidad, ambiente donde se encuentra, con quién se
relaciona, etc…Todo ello hace que en determinados momentos surjan dificultades.
Lo que puede conllevar a estados de ánimo alterados (inestabilidad), aunque en
un principio no se perciba como patológico, al tiempo, sus consecuencias
pueden llegar a ser nefastas. Considerar, que no se nace con un desequilibrio,
más bien se hace, a no ser que exista un trastorno de desarrollo que le pueda
afectar. Aun así, es posible un tratamiento.
La evidencia científica, permite facilitar el
entendimiento del por qué, las personas se mantienen con falta de equilibrio.
Un ejemplo, de ello de casos muy extremos, se puede contemplar en el
artículo (enlace parte inferior), donde refleja como adquirir estabilidad
emocional en pacientes con doble patología (trastorno mental grave y
adicciones). Del cual, propone una intervención con un programa didáctico
terapéutico novedoso “TECI” Tratamiento Emocional Conciso Integral, en el que
se muestra el proceso, los resultados, junto a unas conclusiones relevantes:
una mayor comprensión de las emociones junto al afrontamiento adecuado de las
experiencias negativas y mejora en la regulación emocional, alcanzando
abstinencia y alta terapéutica.
Publicación realizada, el pasado mes de noviembre
2018, en la revista Clínica y Salud.
https://doi.org/10.5093/clysa2018a19
articulo20181025120945a