Las
relaciones, son vínculos que se establece con aquellas personas que nos
rodean, ya sí las tenemos cerca o en la lejanía. Es decir, se requiere un
mínimo de habilidad social, siendo está contemplada, como el conjunto de
hábitos en nuestras conductas, que subyacen a través de nuestros pensamientos y
emociones. Para favorecer las relaciones, se requiere atender y escuchar a la
otra persona, a la vez que nos permite expresarnos, mediante una comunicación eficaz,
en la que los demás respeten también nuestros derechos. Lo que hace
sentirse bien, obtener lo que se desea, logrando que otras personas permitan
facilitar nuestros objetivos.
Ser sociable, requiere tener
asertividad y mostrar empatía, además de utilizar la inteligencia emocional en
dicho proceso, lo que produce un aumento en la autoestima. Sin embargo, estará
en función del papel que ejerza en ese momento las creencias (forma de percibir
y evaluar la realidad) y los componentes emocionales que se dispongan como la
capacidad de comprender y regular las emociones propias y ajenas que pueden
obstaculizar o facilitar las relaciones. Además, existen diferentes estilos de
comunicación, siendo primordial utilizar un lenguaje sencillo, claro,
entendible que esté acorde con los aspectos de la comunicación no verbal
(mirada, expresión facial, gestos, postura, forma y contenido de la
comunicación verbal…) que estará en función a quien vaya dirigido.
Generalmente, la mayoría de las
personas tienen facilidad para mantener conversaciones. Aunque, existen
otras, que tienen dificultades para manejar su ira, hacer y rechazar
peticiones, resolver conflictos, solicitar cambios de conducta, afrontar comportamientos
irracionales en otros, responder a las críticas, e incapacidad de decir, Basta!
No!.
Por otro lado, cuando las relaciones
interpersonales son satisfactorias, y se contempla el propio interés junto
a los intereses y sentimientos de los demás, se obtienen un máximo de
beneficios y un mínimo de consecuencias negativas, en una mejora de calidad de
vida tanto a corto como a largo plazo. Sin embargo, sino se tienen buenas
relaciones sociales pueden ser causa de estrés y malestar, siendo las personas con
déficits de habilidades sociales, más propensas a padecer alteraciones
psicológicas (ansiedad, depresión, ciertas enfermedades psicosomáticas, etc…).
Asimismo, para generar bienestar
en la relación interpersonal, puede tenerse en cuenta algunos aspectos:
Aprender a captar los sentimientos de los demás, para gestionar y
establecer la comunicación, iniciándose por ejemplo, mediante el saludo y una
sonrisa. También, dirigirse hacia la otra persona por su nombre,
mostrándose de manera natural, amigable, cordial y sincera. Es decir,
sentirse a gusto (ser uno mismo), interesándote por la opinión del otro,
a través de una escucha activa, aprendiendo, siendo generoso en elogios y cauto
en la crítica.
Entonces ¿es posible, mejorar las relaciones
interpersonales?
Por supuesto, según lo reflejado anteriormente sobre sus ventajas e inconvenientes, las personas podemos mejorar siempre en este campo.
Desde este espacio, se ofrece información sobre los talleres que se realizan. Siendo uno de ellos, el de las habilidades y competencias sociales. Adquiriendo, un elevado crecimiento personal de bienestar y calidad de vida. Del cual, se obtiene una gran mejora en todos los ámbitos, personal, familiar y social.
Ama y Vive