La mayoría de los infantes pasan por ciertos momentos conflictivos, de los
cuales muchos de ellos forman parte del aprendizaje vital, según la etapa donde
se encuentre. Sin embargo, en algunas ocasiones se desconoce cómo abordarlos.
Esto puede inducir a heridas que permanecen en el tiempo y que puede afectar en
la toma de decisiones. Así, como la forma de comunicamos y el tipo de relación
(laboral, familiar, social) que mantenemos.
Algo importante a destacar en la infancia, son los cuidados básicos. Si la persona
en esa etapa la percibe con mucha inseguridad y miedos, generara acerca de la
vida creencias negativas. Por ejemplo: Yo no merezco; a mí no me quieren; no me
dan lo que necesito, etc…Todo ello, va formando una película de su vida, en la
que dicha creencia posteriormente le va afectar de forma inadecuada. Es decir,
si sus necesidades no fueron cubiertas, hace que se siga replicando dicha
necesidad en el aquí y ahora.
¿Cómo sanar algunos de dichos conflictos?
Primeramente, ser consciente de que cada cual tiene su propia historia
personal. Si la persona considera que a lo largo de las etapas de su vida se
mantiene un patrón de creencias, actitudes y comportamientos que acaban
perjudicando, sería recomendable que se detuviera a reflexionar ¿Existe alguna
circunstancia personal vivida que haya podido ser un proceso mantenedor de su
conflictos actuales?
Si la persona se mantiene con rencor hacia algo y desconoce porque se
siente así. Es considerable tener en cuenta ciertos aspectos que puede ayudar a
reconducir la situación y solucionarla.
1) El rencor puede ser debido a multitud de carencias que de niño/a no fueron
satisfechas.
2) Es importante despertad al niño/a interior enojado con la frustración
percibida de sus más allegados, padre, madre o tutor.
3) Hay que permitirse sentir la rabia que desde la infancia no se pudo
expresar y que en la actualidad se está convirtiendo en queja. Recordar que el
mantenimiento de la queja sin solucionar conlleva mucho malestar y un continuo
desgaste.
4) En la infancia, los niños suelen aceptar lo que los adultos
le indican, pero si los infantes no están de acuerdo y no logran entender y
comunicar el porqué, les puede generar problemas graves (patologías),
quizás por la ambigüedad o escasez de la información o la falta de claridad del
proceso para su comprensión.
5) Por ello, cuando la persona se hace adulta, puede recuperar ese dolor. Aunque, de entrada le produzca rabia e impotencia, es posible sanar esa parte para hacerle menos vulnerable y sin límites. Siendo el objetivo, llegar a ser un individuo integro, con mayor autoconocimiento, recuperando el amor hacia sí mismo y hacia los demás.
Comentario
Así pues, desde mi experiencia me he encontrado con reiterados casos de
problemas de salud mental. Concretamente, debido a este desajuste de
autoconocimiento del ser en la persona. Llegando a producir, inseguridad,
miedos, frustraciones, y sobre todo límites a la hora de tomar decisiones y
solucionar problemas.
Por lo tanto, encontrar el equilibrio puede parecer un reto, entre lo que
se considera que debe ser (según la creencia de la propia persona) y lo que realmente es. Llegado a este punto el individuo, es capaz de solucionar este
proceso y coger las riendas de su destino.
"Nunca es tarde para averiguar aquello que nos hace sentirnos mal, puesto que nos permite conocer nuestra actitud y modificarla en nuestro propio beneficio"
Vive - Siente- Ama