Lo que les permite el
autoconocimiento es conocerse a sí mismos teniendo una actitud para actuar y
desarrollarse en función de sus propias capacidades, lo que favorece el
desarrollo de las propias fortalezas para alcanzar el máximo potencial. Por
tanto, el desarrollo personal engloba aspectos tan importantes como la buena
autoestima, el control de las emociones, tener habilidades sociales y la
autonomía.
Para ello, se fomenta que los infantes juveniles pueden
ser promotores de cumplir sus metas a través de sus objetivos. Además, de ser
competentes en el proceso de la toma de decisiones sin miedos ni bloqueos e
inseguridades.
A través del aprendizaje del respeto
y los valores, ellos/as se hallan preparados para el éxito y es en la familia y
los iguales donde se muestran quienes son en realidad.
Los infantes-adolescentes se
encuentran constantemente en un aprendizaje de la vida. Por ello, establecer
límites y reglas ofreciendo pautas con expectativas claras les ayuda a cumplir
con sus responsabilidades haciéndoles sentirse seguros y sin ambigüedad.
Las etapas de desarrollo suelen
clasificarse en cinco áreas principales: crecimiento físico, desarrollo
cognitivo, desarrollo afectivo y social, desarrollo del lenguaje y desarrollo
sensorial y motor.
La primera infancia, de los 0 a
los 5 años de edad, es de gran dependencia y por tanto la más vulnerable del
crecimiento, y representa una etapa decisiva en el desarrollo de las
capacidades físicas, intelectuales y emotivas.
El desarrollo personal está en
función de la edad. Por ejemplo, en el primer
año de vida se debe mostrar el afecto, proporcionarle espacio y seguridad para
explorar el entorno y desarrollar sus habilidades. A partir del segundo año, se facilita que el niño haga
cosas que pueda realizar e iniciarles en el aprendizaje de las emociones básicas
para que pueda expresar cómo se siente. Entre el 2º y 5º años, asignar y permitir
actividades que deseen realizar acorde a
su capacidad pero acompañados. Así como, establecer rutinas y realizar juegos con
instrucciones y reglas. A partir de las siguientes franjas de edades, la autonomía
les promueve actuar hacia nuevos estadios evolutivos desde su propia libertad
de acción y pensamiento.
En cuanto al desarrollo social
del niño de 6 a 12 años, establecen amistades y relaciones más fuertes y
complejas. A nivel emocional, es cada vez es más importante tener amigos, especialmente
lo de su mismo sexo y están más conscientes de su cuerpo a medida que se acerca
la pubertad.
El impulsar tanto las habilidades
personales, como los hábitos y la forma de pensar adecuadas permite mejorar la calidad de vida y contribuir
a la realización de las aspiraciones.
Vive Siente Ama