sábado, 13 de octubre de 2018

¿PREOCUPARSE?

               

 
Preocuparse, según la Real academia de la Lengua Española (RAE), sería ocuparse o anticiparse de algo.

A nivel general, este término puede conllevar generalmente connotaciones negativas, puesto que suele relacionarse con efectos perjudicables que afectan a la salud cuando la actitud hacia la preocupación se tiende a cronificarse. 

Se podría decir, que cuando alguien se preocupa es porque se antecede a algo que le puede resultar incierto. Cuando la preocupación es excesiva, y no se puede controlar acaba afectando al bienestar de la persona. Uno de los síntomas es la generación de la ansiedad, el agotamiento físico y emocional. El problema es cuando nuestra preocupación se instala día a día para ocupar cada uno de nuestros pensamientos. Y estos se vuelven obsesivos por determinadas cosas, apareciendo posteriormente reflexiones negativas. Es decir, la mente en este estado, al no saber gestionar bien la ansiedad acaba afectando a nuestro cuerpo (somatizaciones).  

Biológicamente, nuestro cerebro interpreta la preocupación como un estado de alerta (riesgo). Se activa el nivel de cortisona en sangre, se dispara la adrenalina por el estrés, afectando nuestro sistema inmunológico, siendo más vulnerables ante los virus y bacterias. De ahí que seamos más sensibles ante las infecciones, alergias. Además de producirnos tensión muscular y articular, cefaleas, dolor de estómago, mareos, etc.

La preocupación, percibirla como algo natural y comprensible en la vida cotidiana, nos puede indicar como efectuar aquello que se requiere, que reclama nuestra atención (algo pasa) y necesita una pronta solución.  


¿Qué se puede hacer?

El abordaje de las preocupaciones, dependerá de la personalidad del individuo sobre el manejo de la circunstancia que se le exponga, junto a la resiliencia y capacidad de afrontamiento del problema.  Además, de tener un buen estado físico y mental.

          Buscar estrategias, nos permite afrontar las situaciones de incertidumbre que se nos presentan en la vida. A continuación se cita algunas cosas que se puede realizar:

  • -          Ser consciente de aquello que está generando la ansiedad y aprender a gestionarla. 

  • -          Si la preocupación no tiene solución no tiene sentido invertir tiempo en ella.

  • -          Buscar un momento del día para buscar soluciones a esas preocupaciones. Cuando llegue el pensamiento obsesivo, pensar que no es el momento, no darle poder y mantenerlo. Por ejemplo, cuando termine con esto, pensaré en ello y lo afrontaré.

  • -          No dejar para mañana la preocupación que se pueda solucionar hoy. No permitir que se haga más grande.

  • -          No llevarla a la cama (que nos deje descansar).

  • -     Compartir con otras personas nuestras preocupaciones (amistades), puesto que les quitara importancia de aquellos pensamientos obsesivos que percibimos de manera negativa (ajustar a la realidad).

En resumen, cuando se genera la situación preocupante se pasa directamente a ocuparse, es decir, pasar a la acción con la estrategia más adecuada para hallar la solución. De esta manera, no se antecede, ni se desgasta energía permitiendo una mayor calidad de vida.


Vive y Ama

Alcanzar lo que deseas…

¿Qué necesitas para lograr tu propósito?  Claridad y mantener el rumbo marcado. ¿Para qué?  Para sentirte bien contigo mismo/a. ¿Qué hac...