Disponer de unos días de relax son necesarios. Estuve el mes pasado en esta playa de Raxó (Pontevedra) aunque es pequeña tiene mucho encanto. Lo que llama la atención es el color azul de sus aguas que contrasta con el paisaje del fondo.
Suele estar concurrida en su mayoría por familias. El agua está fría y apenas las personas se pueden mantener en el agua, salvo aquellas que están acostumbradas y los atrevidos/as como infantes y jóvenes.
Si os fijáis los barquitos se hallan anclados en la playa. Es decir, no existe embarcadero.
Ya desde primera hora, antes de que salga el sol y después cuando se esconde, numerosas personas caminan por la orilla de la playa.
Por la tarde, cuando la gente se va marchando acuden gran cantidad de gaviotas. Es tan cristalina el agua que se observan las bandadas pequeñas de pececillos. Es un lugar muy familiar.
De hecho, los niños y jóvenes se reúnen y juegan. Mientras los padres los pueden observar desde las mesas de los bares y restaurantes de la zona.
Por la noche es impresionante la vista que ofrece. La sensación es de un espacio natural que desborda tranquilidad y mucha paz. Tenemos que encontrar momentos que nos hagan sentirnos bien. Aunque creamos que no disponemos de tiempo para disfrutar, siempre hay que encontrar un hueco para hacer lo que nos gusta, estar en el lugar que deseamos y sobre todo con quién queremos compartirlos.
Vive Siente Ama