Es decir, la vida se puede contemplar como un juego, tienes que saber cómo efectuar las jugadas para afrontar situaciones y circunstancias que nos vienen de los cuales nadie se encuentra preparado/a. Por ello, hay que ser audaces para avanzar a ciegas, pero es lo que se debe hacer.
Lamentablemente nos damos cuenta, cuando ya hemos cometido algunos errores, pero hay que recordar que forma parte del proceso de la existencia. No venimos al mundo con un libro bajo el brazo para cómo vivir mejor. Sino a través de los tropiezos nos vamos dando cuenta de lo que somos en realidad, que es lo que esperamos de la vida y como deseamos vivirla.
Aprovecho estas líneas para dar gracias a todas las personas que me he encontrado en mi camino. Puesto que de todas ellas, me han aportado para ser mejor persona y una buena profesional. Puesto que me han hecho ver lo diferentes que somos en cuanto a nuestra forma de pensar, actuar y comportarnos.
Sobre todo de aquellas, que no me lo pusieron fácil, incluso al extremo de llegar a intentar destruirme. Algunas de ellas casi lo consiguen porque me hicieron sufrir y enfermar, logrando lo que deseaban. Si bien, me hizo más fuerte, con la capacidad de poder superar cualquier inconveniente, haciendo de ello una habilidad para afrontar y estar preparados en la vida para cualquier circunstancia.
Algo que tengo claro es que si existe la “conciencia”. Según la Real Academia Española, sería un conocimiento del bien y del mal que permite a la persona enjuiciar moralmente la realidad y los actos, especialmente los propios.
He tenido oportunidad de contemplar algunos casos donde la persona antes de morir necesitaba que lo/la perdonasen, y debe ser muy duro tener que irse sin encontrar la paz.
Por tanto, según mi opinión desde mi verdad:
No permitir que nos hagan daño con intención puesto que la persona saldrá con lo que deseaba, pero finalmente cuando le llegue el final de su vida, y haga una reflexión de lo vivido seguramente se arrepentirá y no podrá pedir perdón. Desde este aspecto, encontramos personas que les da igual, están tan sumergidas en ellas mismas (intereses) que no son conscientes de que el hecho, no se olvida, ni para el afectado ni para quien lo efectúa. Y lo que más duele es de las personas allegadas de las cuales nos confiamos y pensamos que eso no podría suceder.
Pedir perdón cuando seamos conscientes de que no hemos obrado bien, o actuado mal, puesto que seguramente la otra persona se haya visto perjudicada en algún aspecto. Y aunque no nos diga nada seguramente, se alejará de nosotros.
Por ello, no hay que guardar rencor puesto que con lleva un gran desgaste, y que si se mantiene te destruye. Todos/as no debemos de pecar de ignorancia, puesto que sabemos que existen algunas personas que no actúan bien, y aunque son conocedoras del mal que ejercen sus consecuencias, continúan hacia adelante. ¿Qué hacer entonces, con este tipo de personas? Si bien, como alternativa sería verlas como personas, estableciendo límites. Es decir, colocándola en su lugar, con respeto y educación.
Saludos a tod@s y recordar
“Vivir,
Sentir, Amar”
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