Conocer el abordaje del manejo
de las actitudes y comportamientos de la mayoría de los padres, permite mayor comprensión
del por qué puede existir alguna problemática en la formación de los hijos/as, a
nivel personal, familiar y social. Es por ello, que tener claridad de cómo proceder facilitará
mejor su proceso de educación.
En ocasiones, algunos padres pueden sentirse desbordados, con dificultades en manejar las situaciones, sobre todo cuando los chicos/as se hayan en el ámbito escolar y en la pre-adolescencia. Es aquí, donde saltan las alarmas y les llega la comunicación del colegio, en el que su hijo/a no va bien. Por ejemplo: se comporta mal en clase, no atiende, suspenden las asignaturas, etc… Si nos paramos a pensar, creen ustedes, que eso ocurre de la noche a la mañana. O más bien, pasa desapercibido hasta que esto sucede.
Se podría decir, que antes de llegar a estas situaciones, los padres saben quién son sus hijos y lo que son capaces de hacer (aunque algunos son impredecibles). Por ello, conocerlos, dialogar, desde las capacidades y herramientas personales de cada uno de ellos, facilitara una armonía de entendimiento entre ambos.
Cuando las dificultades no se superan, tanto en padres como a hijos, surge los estados de sufrimiento por ambas partes. Que acaba perjudicando y generando problemas que agravan e impiden la autorrealización personal de los mismos en el futuro. Sobre todo, sí para paliar el problema de base requiere de medicación y continúa persistiendo dicha situación sin encontrar solución.
Sin embargo, ¿es posible no llegar a estos extremos?, Sí. Dependerá de la capacidad de los padres en la resolución de las circunstancias y de sí se requiere o no, algún profesional especializado.
Así pues, indagar en ver qué le pasa al hijo/a, hará que se tome las medidas necesarias para evitar complicaciones futuras.
En ocasiones, algunos padres pueden sentirse desbordados, con dificultades en manejar las situaciones, sobre todo cuando los chicos/as se hayan en el ámbito escolar y en la pre-adolescencia. Es aquí, donde saltan las alarmas y les llega la comunicación del colegio, en el que su hijo/a no va bien. Por ejemplo: se comporta mal en clase, no atiende, suspenden las asignaturas, etc… Si nos paramos a pensar, creen ustedes, que eso ocurre de la noche a la mañana. O más bien, pasa desapercibido hasta que esto sucede.
Se podría decir, que antes de llegar a estas situaciones, los padres saben quién son sus hijos y lo que son capaces de hacer (aunque algunos son impredecibles). Por ello, conocerlos, dialogar, desde las capacidades y herramientas personales de cada uno de ellos, facilitara una armonía de entendimiento entre ambos.
Cuando las dificultades no se superan, tanto en padres como a hijos, surge los estados de sufrimiento por ambas partes. Que acaba perjudicando y generando problemas que agravan e impiden la autorrealización personal de los mismos en el futuro. Sobre todo, sí para paliar el problema de base requiere de medicación y continúa persistiendo dicha situación sin encontrar solución.
Sin embargo, ¿es posible no llegar a estos extremos?, Sí. Dependerá de la capacidad de los padres en la resolución de las circunstancias y de sí se requiere o no, algún profesional especializado.
Así pues, indagar en ver qué le pasa al hijo/a, hará que se tome las medidas necesarias para evitar complicaciones futuras.
Ama y Vive